¡Vamos a descubrir si esa alfombra es una joyita hecha a mano o no! Aquí tienes algunos trucos sencillos:

1.Busca defectos con cariño:
– Las alfombras artesanales suelen tener pequeñas imperfecciones. Así que, echa un vistazo y si encuentras algún detalle que no encaja perfectamente, ¡podría ser señal de que es hecha a mano!

2.La espalda también cuenta:
– Dale la vuelta a la alfombra y mira su parte trasera. Las hechas a mano pueden revelar sus nudos o un patrón similar al de la parte frontal. No esperes una espalda uniforme como las alfombras industriales.

3.Bordes con personalidad:
– Las hechas a mano suelen tener bordes un poquito irregulares. Si no ves líneas perfectamente rectas, ¡eso es una buena señal!

4.Nudos a la vista:
– Observa de cerca la superficie. ¿Ves nudos individuales? Eso es algo típico de las hechas a mano, especialmente en patrones detallados.

5.Colores con encanto:
– Las artesanales suelen tener una gama de colores más amplia y tonos sutiles. Esos matices únicos suelen ser un buen indicio.

6.Revisa etiquetas y certificados:
– ¡No te olvides de las etiquetas! Busca indicaciones de que es “hecha a mano” o certificados que respalden su origen artesanal.

7.Tacto de calidad:
– ¿Se siente cálida y suave? Las hechas a mano suelen tener una textura más acogedora al tacto. Haz la prueba, ¡las manos no mienten!

8.Precio y origen:
– Aunque no es una regla fija, las alfombras hechas a mano suelen tener precios más elevados. Además, si viene de una región famosa por sus alfombras artesanales, ¡eso le suma puntos!